Dactyloteuthis irregularis

15,00 

Sistema: Jurásico.

Piso: Toarciense.

Procedencia: Figeac, departamento de Lot, Francia.

Medidas: 6,6 cm x 2,4 cm

SKU: CE040 Categorías: , ,

Dactyloteutis es un género de belemnites (grupo extinto de moluscos cefalópodos) que vivieron durante el Mesozoico (Jurásico y Cretácico), eran animales marinos depredadores que nadaban en bancos y se alimentaban de otros moluscos, peces pequeños y crustáceos. Se extinguieron al final del Cretácico, hace unos 66 millones de años, junto con los dinosaurios.

Una de las características de los belemnites es que poseían un esqueleto interno robusto. La concha consta de tres partes bien diferenciadas que son: el rostro, el fragmocono y el prostraco.

El rostro es una pieza maciza que suele encontrarse fosilizada, de forma normalmente cilíndrica, que acababa en una punta aguda o redondeada. Esta forma recuerda a una bala y tenía una función de contrapeso. El rostro posee un hueco cónico en el extremo opuesto a la punta – el alveolo – donde se inserta la parte tabicada del esqueleto, que es el denominado fragmocono.

El fragmocono de los belemnites es reducido, recto y se extiende un poco más allá del alveolo. Este cono tabicado tiene los septos muy próximos unos de otros y es atravesado por el sifón. El fragmocono está formado de un mineral llamado aragonito, el mismo que forma las conchas de ammonoideos y nautiloideos, sin embargo, el rostro del belemnite está formado por mineral de calcita. Este último es más estable que el aragonito lo que explica que el rostro de los belemnites se encuentre fosilizado en abundancia mientras que el fragmocono es raro. Además, el rostro es macizo mientras que el fragmocono es mayormente hueco. En las secciones de trozos quebrados del rostro se pueden observar los cristales de calcita en posición radial y algunos anillos concéntricos de crecimiento.

La tercera parte del esqueleto – el prostraco – es una prolongación lateral del fragmocono y es aún más rara su conservación. Es la parte vestigial de la cámara de habitación que constituía un apoyo y protección para los órganos del animal.

Si pudiésemos contemplar hoy a un belemnite vivo, nos recordaría a un calamar actual. El esqueleto estaba incluido en el cuerpo blando del animal (el manto) de manera que el rostro estaba en un extremo y ocupaba aproximadamente un tercio de su longitud. Servía de contrapeso de los órganos, cabeza y brazos de manera que el animal podía adoptar la posición horizontal sin esfuerzo.

En el centro del cuerpo estaba el fragmocono que se utilizaba para controlar la flotabilidad del animal mediante el vaciado parcial de sus cámaras.

El prostraco formaba un escudo que protegía las vísceras. La cabeza y los tentáculos estaban en el extremo anterior, sobresaliendo del manto.

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