El Homo erectus era bípedo, tenía un cráneo bajo y redondeado, sus huesos, incluido el cráneo, eran más gruesos que los de las especies anteriores. Unas prominentes marcas musculares y gruesas áreas reforzadas en los huesos indican que el cuerpo del H. erectus podía soportar fuertes movimientos y tensiones. Esta réplica pertenece a un espécimen descubierto en 1999 por Abesalem Vecua en Dmanisi, Georgia y tiene una edad de 1,75 millones de años.